Iglesia de los Santos Emeterio y Celedonio

Larrabetzu

Una iglesia juradera en el corazón del Señorío

  • Cronología: siglo XV
  • Estilo: Gótico
  • Municipio: Larrabetzu

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Advocación

Emeterio y Celedonio fueron dos soldados romanos, posiblemente dos hermanos, que sufrieron martirio por decapitación al negarse a abandonar su fe cristiana. Según la tradición, servían en la legión romana acuartelada en Calahorra (La Rioja) a finales del siglo III y fueron encarcelados en el lugar que hoy se conoce como casa santa. Allí se les sometió a juicio para, después, ser llevados a la orilla del río Cidacos, donde se les decapitó. En ese lugar se levantó, siglos después, la catedral de Calahorra.

Historia

La iglesia de los santos Emeterio y Celedonio se encuentra en el barrio Goikolexea, al que además da nombre (goikolexea significa en euskera “iglesia de arriba”). Aunque en este lugar hubo una iglesia anterior, seguramente edificada en el siglo XII, la actual comenzó a construirse hacia 1500 en estilo gótico. De este periodo se conservan la portada sur, parte de los muros y soportes y algunos fragmentos de pinturas murales en el interior, que aparecieron en 1991 durante los trabajos de restauración del templo.

Esta iglesia ha sido, durante siglos, uno de los lugares más importantes del territorio histórico vizcaíno, ya que era una de las paradas obligadas en la ruta juradera que, desde Bilbao y hasta la iglesia de Santa Eufemia en Bermeo, debían hacer los señores de Bizkaia –título que a partir de 1379 recayó en los reyes de Castilla– jurando los fueros y garantizando las leyes y libertades de los vizcaínos.

Edificio

Iglesia de tres tramos con cabecera plana y muros de piedra de sillería. Al interior se cubre con bóveda de crucería, estrellada en la cabecera, y con las claves policromadas.
En la restauración de 1991 aparecieron fragmentos figurativos de carácter fantástico en el muro de la Epístola que representan a soldados que se introducen en la boca del infierno, mientras que en el del Evangelio hay un San Cristóbal con el Niño a hombros. 

A los pies del edificio se levanta el coro apoyado sobre arco carpanel, al que se accede a través de una escalera que reposa en un arco casetonado de fábrica. Destaca el bello trabajo en piedra del antepecho que ha sido trabajada con figuras de perfil sinuoso, generando una llamativa estampa. El interior se ilumina con vanos apuntados y circulares que rompen el muro sur, algunos de los cuales presentan brillantes vidrieras polícromas. Es interesante la ventana doble o geminada con bancal que se encuentran en lo alto del muro la Epístola. El acceso al templo se realiza bien a través de una puerta de arco apuntado del siglo XV abierta en el muro de la Epístola, o bien través de una puerta adintelada del siglo XVIII a los pies del campanario.  Perimetra el edificio un pórtico de armadura de madera con zócalo-banco y suelo de piedra, a través del cual se abre paso al cementerio del barrio.

Ajuar

El retablo principal es una interesante pieza mueble dedicada a los santos Emeterio y Celedonio, labrada a principios del siglo xvi, de tipo casillero y compuesto por zócalo o banco y tres alturas o cuerpos, divididos verticalmente en tres calles, la central ligeramente más alta que las laterales. Recorre todo el borde exterior una cenefa muy decorada, también llamada guardapolvo.
En el lado del Evangelio hay otro retablo dedicado a San Antonio realizado hacia 1620 acompañado y que lleva una vara florida y al Niño apoyado sobre un libro. Flanquean esta imagen las esculturas de Santa Águeda a su derecha y un obispo a su izquierda. En la base se encuentran los relieves de la Fe, la Fortaleza y la Templanza, mientras que, en el ático, un relieve muestra la creación de Eva de la costilla de Adán en la que Dios coge la mano de ella en señal de creación.

Al otro lado se encuentra el mueble dedicado a San Miguel, de comienzos del siglo XVII, acompañado por relieves sobre un friso de los cuatro Evangelistas y, en el ático, la expulsión de Adán y Eva del Paraíso donde Dios aparece representado como un hombre mayor con barba blanca y llevando una esfera dorada.
de comienzos del siglo XVII.

Un elemento que no es muy habitual lo encontramos en el altar: un guadamacil, una pieza de piel de cabritillo repujada y pintada para engalanar la mesa litúrgica.

Hay también algunas esculturas de bella factura como la Inmaculada que aparece sobre la base de nubes sobre las que sale la media luna, un símbolo que acompaña a la Virgen, y cabezas de ángeles. Lleva manto azul y su figura se curva en un ligero contraposto.

Destaca la robusta pila bautismal de piedra con pie cilíndrico y amplio vaso de factura rústica. En el coro se cuenta con un armonio de la casa francesa Christophe & Etienne. En la sacristía encontramos algunas esculturas provenientes de ermitas.
En cuanto a objetos litúrgicos destaca el bocín o plato limosnero de latón repujado de finales del siglo XV, de fabricación flamenca, cuya gemela está depositada ahora en el Museo Diocesano.

Plaza de La Encarnación 9B
48006 Bilbao
Tel: (34) 944 320 125

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