Iglesia de la Natividad de María

Munitibar-Arbatzegi-Gerrikaitz

Una iglesia para la nueva villa de Monditibar

Cronología: siglo XIX (1847)
Estilo: Neoclásico
Autoría: Hermenegildo Belaunzaran
Municipio: Munitibar-Arbatzegi-Gerrikaitz

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La iglesia y el retablo están dedicados a la Natividad de María. El Evangelio no da datos del nacimiento de María, pero la tradición sitúa el nacimiento de la Virgen en Jerusalén, junto a la piscina probática, donde testimonios del siglo v ubicaban una antigua basílica en su honor. Santa María fue hija de San Joaquín y Santa Ana, un matrimonio dedicado al servicio a Dios, bendecido por ser los progenitores de la portadora del Salvador.

Historia

El origen de esta iglesia se halla en 1366, año en que el Señor de Vizcaya, don Tello, fundó la villa de Monditibar en términos de Gerrikaitz. Sin embargo, nada se conserva de aquella primera construcción que estuvo en pie cinco siglos y que sufrió numerosos incendios. Tras numerosas reparaciones parciales, en 1847 se planteó la reedificación de la maltrecha iglesia, para lo que se contó con el arquitecto Hermenegildo Belaunzaran.

Edificio

Iglesia de una sola nave con cabecera rectangular y cubierta con techo plano sobre grandes arcos carpaneles salvo en el presbítero, el cual se abre en la cabecera del templo y se cubre con bóveda. A los pies cuenta con un pequeño coro de madera que apoya sobre columnas de fuste facetado. La luz penetra en el interior a través de seis vanos termales rasgados en los muros. El templo dispone además de tres puertas de acceso, la principal en arco escarzano así como una secundaria en la pared derecha, ambas bajo pórtico de madera, y por último la pequeña entrada adintelada que da acceso a la torre campanario. Por situarse en un rellano, el acceso al templo se realiza a través de una escalinata amplia de dos tramos.

Interior de la iglesia de la Natividad de María

Grandes arcos carpaneles conforman la bóveda

Bóveda de lunetos en la cubierta de la iglesia

Columnas de fuste facetado sustentan el coro

Vanos termales permiten el paso de luz natural al interior

Puerta principal a la que llega la escalinata de acceso

Detalle del pórtico de madera en los lados norte y este

Torre campanario a los pies de la iglesia

Para salvar las alturas entre el templo y las casas hay una escalinata de dos tramos

Ajuar

El retablo mayor es un pequeño mueble neoclásico de orden compuesto formado por un único cuerpo y remate. En el centro un arco de medio que contiene la imagen de la Natividad, del siglo XVIII, con corona en oro y rayos de plata, de talla barroca. A ambos lados del retablo y sobre muebles más sencillos hay dos imágenes: una de San Antonio y otra de San Francisco de Asís.
Cuenta además con dos pequeños retablos neoclásicos laterales de orden jónico, que albergan, uno de ellos la imagen de San José y el Niño; y el otro una Virgen con el Niño. Además, dos lienzos dedicados a San Sebastián y San Roque, decoran la parte trasera del templo.
En la sacristía se conserva y una imagen de la Virgen del Rosario con el Niño. En las paredes del templo, en la zona trasera, hay dos lienzos dedicados a San Sebastián, que aparece atado a un árbol en primer plano, y los arqueros que le inflijieron el martirio, por detrás. Todo ello en un paisaje que recrea una ciudad amurallada. Un segundo lienzo está dedicado a San Roque, vestido de peregrino y acompañado por un perro al que ofrece un trozo de pan y un ángel que le señala la herida del muslo. Destacan las kutxas (cajas) de madera de roble que se custodian dentro de la iglesia y que se usaron para guardar, quizá, el ajuar del templo.

Por su parte, en la sacristía se conserva un aguamanil de piedra tallada de una pieza y una imagen de la Virgen del Rosario con el Niño, del siglo XVII.